Guía de cuidado de joyas

Cuidado de Ópalo

Utilizamos finos ópalos etíopes en nuestras joyas. Los ópalos son piedras frágiles, aproximadamente tan duras como el vidrio. Deben usarse con especial atención, ya que son extremadamente susceptibles a daños si se usan todo el tiempo. Los ópalos etíopes no deben mojarse ni estar expuestos a calor excesivo o cambios de temperatura, y deben almacenarse en áreas frescas y secas envueltos en papel. Retira estas piezas al lavarte las manos, ducharte, usar jabones o lociones, y durante el ejercicio. Para la limpieza, recomendamos usar un paño de lino suave para pulir las piedras.

Cuidado de Perlas

Las perlas son extremadamente frágiles y, debido a esto, se fijan y pegan en sus monturas. Deben usarse con especial atención, ya que son susceptibles a daños si se usan todo el tiempo. Las joyas de perlas no deben exponerse al agua caliente, al calor excesivo y deben almacenarse en áreas frescas y secas envueltas en papel. Retira estas piezas al lavarte las manos, ducharte, usar jabones o lociones, y durante el ejercicio. Si se golpean con fuerza, las perlas pueden romperse en su montura o aflojarse. No es inusual tener que reemplazar perlas astilladas, agrietadas o faltantes a lo largo de la vida útil de la joya. Para la limpieza, recomendamos usar un paño de lino suave para pulir las piedras.

Cuidado de Turquesa

La turquesa es una piedra suave y porosa, y puede ser susceptible a daños, según el estilo de vida del usuario. La turquesa natural que utilizamos puede cambiar de color con el tiempo; la cantidad de cambio de color depende del usuario y factores como la cantidad de luz solar, exposición al calor, si te lavas las manos con los anillos y el tipo de jabón que usas, e incluso la química corporal del usuario. El cuidado indebido puede acelerar el cambio de color de la turquesa. Debido a la suave porosidad de la piedra, se fijan y pegan en sus monturas. Las joyas de turquesa deben usarse con especial atención, ya que son susceptibles a daños si se usan incorrectamente. No deben usarse bajo agua caliente, durante la limpieza o el uso de jabones (incluso algunos jabones de manos), ni deben exponerse al calor excesivo, y deben almacenarse en áreas frescas y secas envueltas en papel. Retira estas piezas al lavarte las manos, ducharte, usar jabones o lociones, y durante el ejercicio. No es inusual tener que reemplazar turquesas astilladas, agrietadas o faltantes a lo largo de la vida útil de la joya. Para la limpieza, recomendamos usar un paño de lino suave para pulir las piedras.

Cuidado de Esmeralda

Las esmeraldas son más frágiles que zafiros o diamantes debido a inclusiones que ocurren naturalmente. Si bien estas inclusiones contribuyen a la belleza de la piedra, también hacen que las esmeraldas requieran un poco más de cuidado. El calor y los productos químicos pueden intensificar estas inclusiones. Como con todas las joyas finas, debes evitar impactos, presiones fuertes y temperaturas extremas al usar tus joyas de esmeralda. Las piezas de esmeralda deben usarse prestando atención a nuestras instrucciones de cuidado. La forma más segura de limpiar una esmeralda es suavemente, con agua tibia, jabón suave y un cepillo de dientes suave. No uses limpiadores ultrasónicos, limpiadores a vapor, jabones fuertes, detergentes ni acetona, incluso si el envase dice "limpiador de joyas".

Cuidado de Diamantes

Recomendamos limpiar tus joyas de diamantes con agua tibia, un cepillo de dientes suave y detergente para platos. Frota suavemente la parte superior e inferior de los diamantes con el cepillo y enjuaga con agua para eliminar la grasa con el tiempo. Si planeas limpiar con vapor o usar un limpiador ultrasónico, te recomendamos encarecidamente verificar si hay piedras sueltas antes de usarlo. Como con cualquier pieza fina de joyería, recomendamos quitártela durante el ejercicio extenuante o cualquier actividad en la que puedas estar usando tus manos.

Cuidado de Piedras Preciosas

Recomendamos limpiar tus joyas con gemas con agua tibia, un cepillo de dientes suave y detergente para platos. Frota suavemente la parte superior e inferior de las piedras con el cepillo y enjuaga con agua para eliminar la grasa con el tiempo. Si planeas limpiar con vapor o usar un limpiador ultrasónico, te recomendamos encarecidamente verificar si hay piedras sueltas antes de usarlo. Para las esmeraldas, no pongas estas piedras en limpiadores ultrasónicos ni bajo condiciones de calor o presión intensas, ya que estas piedras son considerablemente más frágiles que otras piedras secundarias.